"SOLO UN GESTO" POESIA DE MARIA SOLEDAD RANZUGLIA
PoesÃa en homenaje por el DÃa del Padre
Hay fechas que evocan oportunidad... Como es la del dÃa del padre.Nuestros hombres requieren ser vistos a través de infinitos gestos que dÃa a dÃa se suceden como parte de aquel rosario de entregas. Pareciera ser que las palabras, como modo de expresar los sentimientos,
estuvieran más a mano de nosotras las mujeres y es por ello que hoy evoco el sublime espacio que dibuja la relación de un padre con cada uno de sus hijos. Un espacio donde habitan los que han elegido amar.
Sólo un Gesto
Catedral del dulce Esmero
fueron tus sonrisas para mí,
en gran silencio...
Tu figura es lejana cual espejo,
que se nubla de emociones
al acercarme sin rubores
a tu espacio olvidado
de los amores pequeños...
Porque ellos en ti, se hacen grandes
y aunque llegues por la tarde
reconozco más de un gesto,
pues saberte es mi deseo,
conocerte antes de los tiempos
cuando aún eras un niño
como el que late en mí, de a momentos.
Sólo un gesto me acomoda
como hija a lo Eterno,
a ocupar, el sentido Original
y descubro en mi pensar, un sentimiento...
El Amor que me provocas.
Con tu ausencia me revocas
un tapiz de mil recuerdos
y en tu presencia luminosa,
aprendiz y escandalosa,
intentamos la imposible
marcha del acuerdo.
¿Te defiendes a esta hora
del Amor que te provoca
mi gran telar de sentimientos?
Sólo un gesto es necesario,
como la cruz a un rosario,
como la estela sempiterna de los barcos,
sobre mares infinitos
que aún esperan ser cruzados,
que te pares a mi puerta,
que detengas tu buen paso,
que tus ojos chiquititos como soles
alumbrando
te sorprendan boquiabierto,
por saberte tan amado.
Sé que crees que no hay motivos,
pues protestas mas de lo esperado...
¿Ves aquel camino?
Tomémonos del brazo,
entre tu y yo papá hay una historia,
que aún nadie ha contado.
María Soledad Ranzuglia.
Del libro “¿Dónde estás mi Vida?”
Editorial El Copista, 2007.
sitio web de la autora
www.poesiasenconcierto.wordpress.com
Catedral del dulce Esmero
fueron tus sonrisas para mí,
en gran silencio...
Tu figura es lejana cual espejo,
que se nubla de emociones
al acercarme sin rubores
a tu espacio olvidado
de los amores pequeños...
Porque ellos en ti, se hacen grandes
y aunque llegues por la tarde
reconozco más de un gesto,
pues saberte es mi deseo,
conocerte antes de los tiempos
cuando aún eras un niño
como el que late en mí, de a momentos.
Sólo un gesto me acomoda
como hija a lo Eterno,
a ocupar, el sentido Original
y descubro en mi pensar, un sentimiento...
El Amor que me provocas.
Con tu ausencia me revocas
un tapiz de mil recuerdos
y en tu presencia luminosa,
aprendiz y escandalosa,
intentamos la imposible
marcha del acuerdo.
¿Te defiendes a esta hora
del Amor que te provoca
mi gran telar de sentimientos?
Sólo un gesto es necesario,
como la cruz a un rosario,
como la estela sempiterna de los barcos,
sobre mares infinitos
que aún esperan ser cruzados,
que te pares a mi puerta,
que detengas tu buen paso,
que tus ojos chiquititos como soles
alumbrando
te sorprendan boquiabierto,
por saberte tan amado.
Sé que crees que no hay motivos,
pues protestas mas de lo esperado...
¿Ves aquel camino?
Tomémonos del brazo,
entre tu y yo papá hay una historia,
que aún nadie ha contado.
María Soledad Ranzuglia.
Del libro “¿Dónde estás mi Vida?”
Editorial El Copista, 2007.
sitio web de la autora
www.poesiasenconcierto.wordpress.com
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