Prisión preventiva para el hombre acusado de arrojar a su pareja desde un barranco

y que también purga una condena por intentar matar a su hijo.
Ante esta información, la Fiscalía dictó la prisión preventiva de Leandro Martín Funes (30), que estuvo imputado bajo la carátula de «homicidio calificado» por la muerte, que enlutó a la localidad de La Cumbre. Asimismo, se conoció que Funes se encuentra cumpliendo una condena de 14 años de prisión en la Unidad Carcelaria 10 de Cruz del Eje, por haber intentado matar a un hijo menor en dos oportunidades en el mismo barranco.

Con una altura de más de cuatrocientos metros, ese sitio habría sido el escenario elegido por Funes, que sigue negando su inocencia. Al respecto se pronunció su abogado defensor, Marcelo Brito, quien argumentó: «Hay que diferenciar claramente la existencia del hecho, con el supuesto de que Leandro Funes lo haya cometido».

No obstante, el círculo cada vez se cierra más sobre Funes, que ya tienen un antecedente sumamente fuerte y que cumple condena. Al tiempo que los abuelos de la muchacha -que habría estado embarazada- denunciaron públicamente al imputado por el homicidio de su nieta, vinculándolo con el tráfico y venta de drogas en un local bailable que era de su propiedad.

Cabe señalar que el hallazgo de los restos óseos se produjo el pasado mes de junio, pero recién se logró corroborar el último viernes a quien pertenecen. Fueron encontrados a 85 metros de profundidad, luego de un rastrillaje meticuloso a cargo de los trabajadores de la Fiscalía en la zona desde donde se realizan deportes extremos y aéreos (ala delta, parapente y demás).

Una historia repetida

Pero esta no sería la primera vez que Funes habría intentado «solucionar» su vida matando a sus propios, ya que años atrás intentó «asesinar» a su hijo, a quien arrojó en dos oportunidades desde el barranco donde también cayó Melisa Zalazar. El pequeño se salvó por obra divina, auxiliándose en algunas ramas y escalando a fuerza de voluntad, mientras que el homicida, que tenía aquel rostro que tan bien conocía, se alejaba sigilosamente.

Tras ascender, el niño respiró profundo, secó sus lágrimas y demostró una valentía extraordinaria. Caminó varios kilómetros en medio de la noche y logró dar con algunos lugareños, quienes lo socorrieron y lo devolvieron junto a su madre, que no corrió su misma suerte y fue sepultada por la naturaleza en los fondos de aquel trágico barranco.

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