"LA COSTURERA" - DE MARIA SOLEDAD RANZUGLIA
No creo en los amores no correspondidos... El Amor siempre tiene Propósito para quien decida cultivarlo, para quien sea capaz de vencer las áridas apariencias
y confiar en la Ãntima Dicha de saber amar... Dará frutos.
AquÃ, un homenaje a una de ellas, personas que merecen nombrarse, por animarse en esta Vida,a ser Eternas.
La Costurera
Era tarde cuando viste llover...
Costurera incansable
de vestidos inocentes,
soñabas con tu amante
sonriendo mansamente.
Te recuerdo muy tarde...
El destino quiso citarte
en aquella plaza,
sin avisarte.
Costurera vigilante,
se te escapaban los años
pensando en él
y él sin poder tocarte...
Con sólo mirarte hubiese sentido
los hilos de seda formando un anillo...
tu tierno afán de casarte.
Puntadas sutiles fueron surcando
dibujos febriles, después solitarios...
Costurerita risueña
rellena de nubes y cantos,
si hoy pudiera escuchar,
escuchar lo que cosieron tus manos...
Florcitas y ribetes,
botones floreados,
camisa celeste,
cintita y volados.
El invierno era eterno
en el cuarto de trabajo,
que solo cerrabas
por las noches de los sábados.
Amabas el baile,
el vino y los helados...
MorÃas de susto
ante el desencanto;
él nunca llegaba,
él era un ausente anunciado...
Cruzaste cierta barrera,
tomaste a otro hombre de la mano,
pero sé que siempre zurcÃas
el mismo destino anhelado.
Con hilos blancos se enredó tu frente,
el ruido de tu máquina se fue acallando,
te fuiste durmiendo despacito,
tus manos fueron soltando
dedales, resueltos señores
que decÃan protegerte de engaños...
Paso por tu casa de niña,
el cuarto y el techo enramado,
tu ventana sublime y resuelta
donde tus sueños se plasmaron.
...Espejos de altas mujeres,
mujeres con hombres,
mujeres con panzas,
midiendo con el centÃmetro
cuánta caricia te falta...
Hoy tus ojos
bordan de estrellas el vacÃo,
hoy supe que amor te sobraba,
eras mujer
en todo el sentido de la palabra.
Hoy miro tu foto enardecida
y sé que nada te faltaba,
tu espÃritu era libre,
tu mente fresca y provinciana.
Sé que un rosario de piedritas blancas
te señaló el camino por el que buscabas
al hombre que confundiste
con el alma,
el alma del Padre,
A Quién tanto amabas...
Las noches de lluvia
a veces,
me recuerdan tu ventana...
MarÃa Soledad Ranzuglia,
del libro, "Todos Somos Creadores"
Editorial Foja Cero, 2004
Facebook: Página: PoesÃas en Concierto
www.poesiasenconcierto.wordpress.com
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