"El penal en Cruz del Eje es la continuidad de un proceso de postergación histórica"
Secretario General de la CTA Cruz del Eje-Punilla .
Muchos años de promesas electorales incumplidas de sucesivos gobiernos provinciales y nacionales, significaron postergación y exclusión social, pero a la vez esto nos posibilitó la organización y la resistencia en los años 90 al modelo neoliberal...
por parte de muchos vecinos que en un rico proceso tuvimos la capacidad de gestar puebladas históricas, en 1997 y 2000.
Ese nivel de participación popular puso alerta a los políticos funcionales al sistema y como respuesta al legítimo reclamo de reactivación económica de nuestra zona, apareció el anuncio de la construcción de una unidad carcelaria por el gobernador Mestre, luego continuada por De la Sota.
Un cárcel que empieza a marcar a fuego el futuro de nuestra sociedad, donde ya muchos jóvenes hacen cola para ser guardiacárcel, porque es una salida laboral más “eficiente” que tomar la oferta educativa de nuestra ciudad. Porque parece no existir la posibilidad de trabajar, por ejemplo, de profesor de historia, porque hoy no aparece como garantía de salida laboral.
Además, ha calado hondo el discurso oficial del Gobernador, repetido por el intendente Mario Blanco, de que la cárcel es la “salvación económica” para muchos vecinos y que va a ser generadora de fuentes de trabajo, cosa que no es cierta.
Lo cierto es que la construcción de la cárcel es consecuencia de la falta de voluntad política de los gobiernos provinciales para discutir con los actores sociales, políticos, económicos y de la producción de nuestra región la reconversión de nuestras economías regionales como única forma de construir una sociedad constructiva y progresista. Y como lo definiera el Plenario Provincial de la CTA realizado en nuestra ciudad, es una respuesta a la protesta social, que profundiza la criminalización de la protesta y la judicialización de la pobreza.
Hoy, el desafío es confrontar la intención de instalar un pensamiento represivo y reaccionario en nuestra sociedad. Empezar a discutir la necesidad de una recuperación cultural que profundice la búsqueda de nuestras raíces, que no son otras que las del obrero del ferrocarril, los trabajadores rurales, los productores y comerciantes comprometidos con el trabajo y con la democracia. Uno de los instrumentos, deberá ser la redacción de nuestra Carta Orgánica Municipal, nuestra constitución local, pluralista, participativa y con una concepción de clase.
Ese nivel de participación popular puso alerta a los políticos funcionales al sistema y como respuesta al legítimo reclamo de reactivación económica de nuestra zona, apareció el anuncio de la construcción de una unidad carcelaria por el gobernador Mestre, luego continuada por De la Sota.
Un cárcel que empieza a marcar a fuego el futuro de nuestra sociedad, donde ya muchos jóvenes hacen cola para ser guardiacárcel, porque es una salida laboral más “eficiente” que tomar la oferta educativa de nuestra ciudad. Porque parece no existir la posibilidad de trabajar, por ejemplo, de profesor de historia, porque hoy no aparece como garantía de salida laboral.
Además, ha calado hondo el discurso oficial del Gobernador, repetido por el intendente Mario Blanco, de que la cárcel es la “salvación económica” para muchos vecinos y que va a ser generadora de fuentes de trabajo, cosa que no es cierta.
Lo cierto es que la construcción de la cárcel es consecuencia de la falta de voluntad política de los gobiernos provinciales para discutir con los actores sociales, políticos, económicos y de la producción de nuestra región la reconversión de nuestras economías regionales como única forma de construir una sociedad constructiva y progresista. Y como lo definiera el Plenario Provincial de la CTA realizado en nuestra ciudad, es una respuesta a la protesta social, que profundiza la criminalización de la protesta y la judicialización de la pobreza.
Hoy, el desafío es confrontar la intención de instalar un pensamiento represivo y reaccionario en nuestra sociedad. Empezar a discutir la necesidad de una recuperación cultural que profundice la búsqueda de nuestras raíces, que no son otras que las del obrero del ferrocarril, los trabajadores rurales, los productores y comerciantes comprometidos con el trabajo y con la democracia. Uno de los instrumentos, deberá ser la redacción de nuestra Carta Orgánica Municipal, nuestra constitución local, pluralista, participativa y con una concepción de clase.
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