"EL CORAZON DE UNA MUJER ES INFINITO..."

“Poesías en Concierto”

El Corazón de una mujer es Infinito, tanto como lo es la brisa,

la noche, la orilla o la miel... Haber nacido mujer es tan sólo el comienzo

de un hermoso recorrido que nos permitirá reconocer lo heredado, lo que nos es a fin,

y aceptar que una mujer no nace, sino que se enciende, se inspira tras el cultivo

de una Esencia que luego tomará el cauce sensitivo y para ello es necesario crecer

acompañadas... Desde allí ser mujer será un Descanso.

Agradezco profundamente a todas las mujeres de La Cumbre, que me han permitido

fotografiarlas para componer el poema “Ser Mujer”.

Música de Astor Piazzolla.

                                                                    María Soledad Ranzuglia

                Ser Mujer...

Como la lluvia en las mansas tardes del verano,

como granada madura en su cofre de rubíes

desgranando en la penumbra su alba más osado...

Ser mujer así, como descansa el cuerpo de la hoja

en su telar de ramas, sostén del árbol,

insinuando cuánto anhelo se perfuma

en la amplia memoria de los gajos…

Cuánto alcanza con ser la flor

que tímida musita su sonrisa

entre los patios,

con ser salvia de azules vainas,

cascada transparente, madrigal de pájaros,

vertiente de silencios envolviendo  de coraje

el semblante de lo amado.

Ser mujer como una brisa de la noche

capaz de tomar al hombre de su brazo,

y en suspiros, amarlo altivo,

y devolverlo  en suave brizna dormido

sobre el pasto.

Como florida enredadera

que abraza multitudes

de blancos colegiados,

como cinta de colores,

plumajes de verdes rasos,

como espíritu fecundo, abrigo de la Luz

que la ha enviado

a ser ángel de la Vida,

por  ser la que se anima

a darse sin más voz que la canción

que la ha heredado.

Alivio de los niños,

cuna de los hombres olvidados;

Septiembre la prende de su pecho

como aquel lirio que alumbra

la eterna suavidad del cielo en su remanso.

Ser mujer hasta en la risa  que  reparte su destino,

en el íntimo recuerdo de aquel nido y su destajo,

en el cálido  reposo de su Alma cuando

alguien  por su bien, la ha nombrado

y acudimos sin misterios,

al encuentro más gozoso en las orillas de algún salmo…

Preludio de Belleza

abriendo su camino en instantes

añorados,

crecerá hasta ser un Himno de proezas,

derramando con sus besos,

la Gracia renacida en las alas de sus manos.

Ser Mujer es un Prodigio…

              Vislumbre antiguo de la Fuente,

                                  Manantial sublime del Descanso.

                                                                     María Soledad Ranzuglia

                                                                  Marzo, 2014, La Cumbre

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