"SINFONIA DE OTOÑO" POESIA DE MARIA SOLEDAD RANZUGLIA
Bienvenido a casa, Padre Madre Otoño
El Otoño en La Cumbre
va tostando de a poco el día,
un fuego lento y persistente
tiñe la mañana de miel,
que al mediodía es almíbar...
El atardecer es caramelo frío,
que a la noche se funde
en el mismo fuego encendido.
El Otoño
es la gran Cocina de Dios.
Sinfonía de Otoño
En el aire se descubren las hijas del viento, tibias por la tarde
de los cerros, repletas de sombras verdes que ya no están, estando...
Una acuarela de miel viene tiñendo las rocas bajo el líquido sol
de la siesta, derramada como el cáliz prístino de cualquier amanecer fugaz,
intentando alcanzar el tapiz de la tierra, a cada casa, a todo ser vivo capazde recibir sin pensar,
su antiguo ropaje ancestral... para habitarlo.
Los leños arden en tu Corazón inquieto ante la nueva Luz de hoy.
La hojarasca desprende su vanguardia eterna de perfumes húmedos,húmedos de tanto rozar al Cielo,
que acerca en esta tarde, su pechoinmenso de ave silenciosa cubriendo finamente el exceso de ardorespara ver...
Aquí llega, por el Cerro a la Cumbre, por el llano solitario, arriba
alos campos infinitos de nuestra Patria Central y serena.
A Córdoba,a través de su catedral de mica, labrando con paso jesuitasu manta tornasol cubriendo la esfera.
Llega sí, en la acequia con tonada de vieja cepa, en ocres y ciruelas a nuestras provincias recostadas en la cordillera.
Por la Puna, confundido enun carnaval de soles rojizos ytrenzas, transparentando el corazón de una quena.
Por el litoral, se arropa de palmas costeras, danzando una polka de floresviajeras, con permiso de la noche
para quedarse hasta el final de la fiesta. Por la plata pampeana, vestido de oro sin ninguna reserva.
Como una Santa de Fe inmaculada, su pluma dibuja espirales amarillos,naranjas que al río despiertan,
hojas que caen al agua cualmanitos clamando la orilla sincera.
Por el Sur, la corriente se suelta en dorados carmines, en verdes rayadosde tanta fragancia a maderas,
a pinos celestes que hunden sus piesen el barro del oro que acecha, entre cumbres nevadas de lunas antiguas,
plata de luces que el sol emborrachará en una siesta.
A Tierra del Fuego llega a través del mar, dejando su estela castaña y fría,savia marrón del tanino sagrado que ancla sin vueltas.
A nuestras Islas, llega en silencio, casi en soledad, levanta su tímida copa de miel recordando al antiguo ciprés,
que aún bebe de su manantial.
Desde La Cumbre, digo...
Bienvenido a Casa, Padre, Madre Otoño...
Acunaremos tu música durante la estancia de fiesta, danza de colores renacidos en tu lecho de piedra,
panal de luz donde todo se bate en un nuevo orden que aciertas.
María Soledad Ranzuglia
Del libro “La Canción Olvidada”
Editorial Babel, 2012
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