"OFICIO DE ALMA" DE MARIA SOLEDAD RANZUGLIA

Poesías en Concierto: espacio cultural

La escritora Maria Soledad Ranzuglia y la producción del Canal 11 quieren compartir con ustedes una nueva poesía.

Creo realmente que en algún momento de la Vida, el tiempo

comienza a correr a favor... Y no es que el tiempo se detenga, no,  sino que yo

me detuve para ahondar en mis costados naturales y así dar muy de a poco,

con una manera de ser genuina, sentida, original, al menos desde lo que uno viene

sintiendo; y para ello ha sido indispensable la Entrega a los pequeños rituales cotidianos,

al sencillo pasaje pero intenso de nuestros días, capaces de verter la Luz suficiente

que sin darnos cuenta, desvanecen las sombras, haciéndonos partícipe de una inmensa

algarabía... Sí, la entrega nos templa en un oficio primordial...

 

 

 

Oficio de Alma

 

Solía por las tardes

descoser las sombras,

era sólo una taza de te

frente a mi ventana

y apropiarme muy lentamente

del tendal  de aromas.

Solía desvanecer la tenue

bruma con un dedal

de lanas rojas,

la servilleta de puntilla,

la copa alta con sed de auroras.

 

Supe mitigar el frío

tras comulgar con tu Memoria,

rasgar de tules blancos

el ancho mar de antiguas

horas.

 

Supe, sí, deshilvanar

del día a día, sus rectas formas,

inaugurando en cantos leves

los desniveles de las maniobras…

Cortar un pan,

abrir el frasco de dulces glorias,

hilar el fuego

ante la cuna en que se gesta

mi piel cautiva de mil alondras.

 

Solía despabilar la noche

con el suspiro de algún poema,

como al descuido caen las hojas,

sin darme cuenta, crecía un árbol

dentro del cauce en que se vierten,

muy suavemente,  ríos de rosas.

 

¿Y me preguntas qué pasó?

Por qué la lumbre se ha hecho nido,

por qué la mesa, se ha vuelto ofrenda

de mi memoria,

por qué mis ansias ya son un juego,

mientras despierto a mis anhelos

como los valles ante la fronda.

 

Supe muy dentro mío,

de los destellos que acompasaban

mareas de sombras,

en las cáscaras de las almendras,

en las pequeñas ceremonias,

con hebras de oro zurcen los días

tras el cristal que apenas nombran.

Balsa del tiempo,  real acuerdo

entre las cosas…

 

Siempre lo supe,

en  manos de la madera,

                                  flotan las olas…

 

 

                                                   María Soledad Ranzuglia

                                                                        Febrero, 2014

 

 

SITIO WEB DE LA AUTORA: www.poesiasenconcierto.wordpress.com

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