CARTA A LA COMUNIDAD DEL PADRE ANIBAL HOLASEK
Ex cura párrico de La Cumbre
Estos dias me he estado asomando por la ventana de internet para participar de la alegría de este acontecimiento del Desafío del Valle Rio Pinto que de hecho invade y pinta al pueblo de tantos vivos colores. Hay alguna canción que habla del ángel de la bicicleta, pero resulta que también esta la bicicleta de un ángel: mi hermano Martín. Me alegró mucho ver a mi hermano Joaquin “piloteando un sueño” mio. Digo mío, porque es una de esas deudas que me quedaron por vivir, y que no terminé de decidir realizar por otras tantas cosas.
Pero en cierto modo la vida me regalo ver que parte de mi llegó ese día a la meta, no se en que puesto, pero llegó.
La bicicleta que Joaquin piloteaba es la que fue de mi hermano Martín que se bajó de esa misma bicicleta ya hace unos 5 años porque llegó a la gran meta para volar como los ángeles, cerca de Dios. Por eso digo y siento que algo de mi llegó a la meta, y me alegro.
Mirando algunos videos de reportajes de TDC del facebook de Claudia Cepeda muchos hablan de lo lindo del pueblo de La Cumbre. Coincido plenamente que lo hermoso de La Cumbre es su ser pueblo y lo más hermoso para el alma es haberse dejado enseñar a ser pueblo.
Cuando uno dice “pueblo” no habla ni piensa en abstracciones sino en rostros concretos, muy concretos que, con gran docencia, han dado forma al alma.
Rostros, historias, nombres, que se hacen bellas presencias en la memoria viva del corazón. Creo que tengo un “padrón” de nombres con vivas historias de lucha, de fe y de vida, de esa vida de enserio, de las que he aprendido tanto en mis años por La Cumbre. Que hermoso para un “cura” cuando te dejas trabajar por el pueblo.
Bueno, es lo que quería compartir desde este lado de otro Río, el de La Plata.
Un abrazo tan grande como el del Cristo para todos. Dios los bendiga.
Hno Anibal Holasek
La bicicleta que Joaquin piloteaba es la que fue de mi hermano Martín que se bajó de esa misma bicicleta ya hace unos 5 años porque llegó a la gran meta para volar como los ángeles, cerca de Dios. Por eso digo y siento que algo de mi llegó a la meta, y me alegro.
Mirando algunos videos de reportajes de TDC del facebook de Claudia Cepeda muchos hablan de lo lindo del pueblo de La Cumbre. Coincido plenamente que lo hermoso de La Cumbre es su ser pueblo y lo más hermoso para el alma es haberse dejado enseñar a ser pueblo.
Cuando uno dice “pueblo” no habla ni piensa en abstracciones sino en rostros concretos, muy concretos que, con gran docencia, han dado forma al alma.
Rostros, historias, nombres, que se hacen bellas presencias en la memoria viva del corazón. Creo que tengo un “padrón” de nombres con vivas historias de lucha, de fe y de vida, de esa vida de enserio, de las que he aprendido tanto en mis años por La Cumbre. Que hermoso para un “cura” cuando te dejas trabajar por el pueblo.
Bueno, es lo que quería compartir desde este lado de otro Río, el de La Plata.
Un abrazo tan grande como el del Cristo para todos. Dios los bendiga.
Hno Anibal Holasek
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