Programación de julio de cineclubes de La Cumbre y Villa Giardino

Agendá los horarios y no te pierdas estos films

¿Qué pasaría si algún día anunciáramos la última función? ¿Para qué insistir? ¿No es el tiempo de la televisión por cable, la hora del cine pay-per-view, la normalización del alquiler de películas truchas en concepto de anticipo (a menudo con unos subtítulos espantosos y una resolución de imagen pésima)?

Por qué persistir hoy cuando se cree que el límite de la creatividad narrativa pasa por (la sospechosa) Lost y el límite de la novedad formal (y sensorial) le pertenece al rey del mundo James Avatar Cameron, cuando en unos años la televisión en 3D será una opción democrática? ¿Para qué programar películas que no suelen estrenarse o circular en los videoclubes, para qué comprarlas y subtitularlas? ¿Tiene todavía sentido mirar junto a otros, en una sala oscura, una película? ¿Es que el cine se transformó en una práctica en extinción, una misa secular y anacrónica de un siglo en el que se creyeron estupideces tales como “el cine es la universidad del pueblo”?

 

Tuve un sueño: en una tarde de primavera caminaba por la plaza de La Cumbre. Estaba perplejo porque el paisaje me remitía a Vértigo de Hitchcock: “¿Desde cuándo había secuoias en La Cumbre?”, me preguntaba, un modo de reaccionar ante la inadecuación entre el registro de lo real y la distorsión onírica del escenario. Un artista joven que hace algunos años solía ir al cineclub me gritaba: “¿Con qué derecho dejaste de hacerlo?”. Sus gestos ampulosos y su voz ronca me distraían de su invectiva y enojo. “¿Por qué le importará tanto?”. Llevaba una remera con una inscripción: Dead Man, título de un film que había exhibido en 2003.


El sueño concluyó con una escena aún más extraña: la sala Berti estaba llena, como nunca, o, más bien, como aquella vez que el film de un músico atrajo multitudes o un partido de fútbol convirtió al cine en estadio. Estaba todo el pueblo. Podía reconocer a un hombre, que parecía un viejo inspector. Caminaba con bastón y su pelo blanco me recordaba a un artista que durante años (y con sus años) venía todos los miércoles, casi sin excepción. Yo lo llamaba el militante insobornable de la curiosidad. También vi a otro artista: en vez de permanecer sentado en una butaca recorría los pasillos del cine en bicicleta y llevaba puesta una máscara. Una vez me dijo que la pereza era un ladrón sin escrúpulos. Había legisladores, un gasista amigo, un mozo, un playero de una estación de servicio, varios jóvenes, algunos niños, profesores de inglés y de matemáticas.


La película estaba por comenzar. Se trataba de un clásico, un film que ya había pasado: El espíritu de la colmena, la magistral ópera prima de Víctor Erice. Después, al despertarme, supe que era lógico ese título, pues pocas películas transmiten el misterio de una comunidad ante las imágenes en movimiento. Como si se tratara de una función de gala, todos nos disponíamos a mirar juntos cómo el cine habría de afectar el imaginario de una niña, alucinada por el encuentro entre Frankestein y una niña de su edad. La luz se proyectaba, y, mientras las primeras imágenes la tocaban, la pantalla comenzaba a derretirse. “El cine ha muerto”, me decía un perro negro.


Roger Alan Koza, programador.

LA CUMBRE: EN EL CINE LUIS BERTI, BELGRANO 470

7 de julio, a las 20.30hs:
Párpados azules, de Ernesto Contreras, México, 2006
98’ / +13
Cortometraje: Charleston (22’), de Jean Renoir, Francia, 1927

14 de julio, a las 18.45hs: El Holocausto no es un género de Hollywood
Sobibór, 14 de octubre de 1943, 16 horas, de Claude Lanzmann, Francia, 2001
95’ / ATP

20.30hs: Godard en foco
Hélas pour moi, de Jean-Luc Godard, Francia, 1993
78’ / ATP
Cortometraje: París en el alba (10’), de Johan van der Keuken, Holanda, 1960

PELÍCULA DEL MES
21 de julio, a las 20.30hs:
Ciudad 24, de Jia Zhang-ke, China, 2008
106’ / ATP
Cortometraje: Guernica (13’), de Alain Resnais y Robert Hessens, Francia, 1950

28 de julio, a las 20.30hs: Lee en foco
Caramelos de menta, de Lee Chang-dong, Corea del Sur, 2000
129’ / ATP
Cortometraje: El gato (5’), de Johan Van der Keuken, Holanda, 1968

VILLA GIARDINO: EN EL TEATRO ALEJANDRO GIARDINO
PELÍCULA DEL MES

4 de julio, a las 20.00hs:
Noticias de la antigüedad ideológica. Marx/Eisenstein/El capital, de Alexander Kluge, Alemania, 2008
83’ / ATP
Cortometraje: Guernica (13’), de Alain Resnais y Robert Hessens, Francia, 1950

FUNCIÓN ESPECIAL DE CINE PARA ÑINOS:
Domingo 4, a las 18.00hs: El fantástico señor Zorro, de Wes Anderson, EE.UU., 2009

11 de julio, a las 20.00hs:
Los bastardos, de Amat Escalante, México, 2008
90 minutos / +18
Cortometraje: Los tambores de antaño (9’), de Jean Rouch, Francia, 1971


18 de julio, a las 20.00hs: Kaurismäki en foco
La chica de la fábrica de fósforos, de Aki Kaurismäki, Finlandia, 1990
72’ / +13
Mediometraje, a las 19.30hs: La vendedora de fósforos (32’), de Jean Renoir, Francia, 1928

PELÍCULA DEL MES
25 de julio, a las 20.00hs:
El diamante blanco, de Werner Herzog, EE.UU.-Alemania-Francia-Bélgica-Italia, 2004
88’ / ATP
Mediometraje, en el horario especial de las 19.00hs: Aki Kaurismäki (55’), de Guy Girard, Francia, 2000

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