Los animales en el norte mueren de hambre y sed
Informe de José Hernández
Si algo tienen los pobladores de esta región de Ischilín, nadie duda que es paciencia y resignación ante las desgracias. La mayoría ha visto de un tiempo atrás como mueren sus animales de hambre y sed, ante la falta de pasturas y una sequía sin precedentes: ahora se agregó el incendio devastador.
“Ha muerto mucha hacienda de sed, soy nacido y criado aquí y jamás se padeció cosa igual: este ha sido un año duro”, afirmó el paisano Magin Peralta (65), montado en su caballo y rodeado de sus tres perros.
Para Mercedes Espíndola, que con su marido y cinco hijos vive en cercanías de Todos los Santos, dijo observando la densa humareda “apenas nos queda agua en el pozo de la casa y un hilo para los animales en la aguada. Este es nuestro lugar y no nos movemos, seguiremos criando como podamos nuestras vacas y caballos”. No pudo ocultar una lágrima en sus ojos
José Hernández
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