El Psiquismo en fotogramas, El ojo lúcido y mucho más
Programación de la 5º Muestra de Cine
MARTES 20 a las 18.40hs: El psiquismo en fotogramas; Guía de cine para pervertidos, de Sophie Fiennes, Reino Unido, 2006,
clausura. Tener la sala sin gente sería injusto para toda la muestra. El film elegido, Medusa, es sencillo y conmovedor, y me parece que todos estarán conformes con él. Previo va un corto de la cordobesa Gaby Trettel, Ana, una película que remite a Lucrecia Martel, pero que tiene su propio lenguaje. Es un descubrimiento, acaso el gran talento del cine cordobés. Además, en la función de clausura habrá, como suelo hacerlo siempre, un sorteo con diversos premios. Dos libros seguros: uno de Jorge Gonzales; el otro libro será de Remo Bianchedi. Y si nos da el presupuesto, que depende de cuánta gente viene esta semana, sortearemos un viaje a Cannes, con todo pago y una noche exclusiva con Binoche y/o George Cloney. (VER MÁS ABAJO TODAS LAS CRÍTICAS DE LAS PELÍCULAS DE LA SEMANA)
Seriamente: los esperamos. Sin ustedes, el cine es un arte para ciegos.
RK
TERCERA SEMANA
MARTES 20
18.40hs: El psiquismo en fotogramas
Guía de cine para pervertidos, de Sophie Fiennes, Reino Unido, 2006
150 minutos / No recomendada para menores de 13 años
Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Querido teléfono (17′), de Peter Greenaway, Reino Unido, 1976
El carismático y lúcido filósofo marxista y psicoanalista lacaniano Slavoj Zizek postula una tesis que de inicio a fin parece verificarse: si se pretende entender el mundo contemporáneo entonces hay que estudiar el arte cinematográfico. Con ese propósito, Zizek viaja a través de más de 40 películas (clásicos de Hollywood, films de Tarkovski, Eisenstein, Coppola, Lars von Trier, Fincher, etc.), a veces literalmente inserto en pasajes famosos de las películas que analiza. Su lectura sobre el cine de David Lynch es fascinante y está despegada del oscurantismo propio de las declaraciones del mismo Lynch, y acaso es éste el gran aporte de Zizek a la teoría cinematográfica, aunque no deja de ser relevante la interpretación estructural sobre la obra de Hitchcock y sus señalamientos sobre la voz y la función de la música en el cine. Divertida y exigente, Guía de cine para pervertidos restablece el lazo histórico, a fines del siglo XIX, entre el cine y el estudio de la psiquis. Tanto el psicoanálisis como el cine nos han enseñado, desde sus inicios, a desear. (RK)
22.00hs: El ojo lúcido (Documentales)
Encuentros en el fin del mundo, de Werner Herzog, EE.UU., 2007
83 minutos / ATP
Antes de la película principal se proyectará Maestros (11′), de Alexander Kluge, Alemania, 1963
En este viaje de aventuras a la Antártida, Herzog insiste sobre sus obsesiones temáticas: formas de vidas extremas y heterodoxas que estén en el linde de la civilización, allí en donde nuestra especie se confunde con las otras sin distinción metafísica alguna. En ese paisaje frío y despoblado Herzog encuentra a sus excéntricos de turno: físicos, biólogos, contorsionistas, descendientes de aztecas, músicos amateurs, solitarios y freaks para todos los gustos. Es otra Humanidad. En las profundidades de un océano congelado habitan criaturas marinas extrañas, casi un universo paralelo mientras que la vida en la superficie polar es escasa, y, si se trata de los populares pingüinos, Herzog no hallará ninguna semejanza con la vida humana, aunque mostrará un posible pingüino demente y listo para terminar con su vida y le preguntará a un científico sobre la homosexualidad de esta ave marina. Humorística y fascinante, Encuentros en el fin del mundo incorpora material de archivo al registro casi observacional del director, como sucedía también en El hombre oso y en La salvaje lejanía azul, dos películas precedentes con las que comparte una extraña mirada (casi utópica) sobre un hipotético mundo post-apocalíptico. (RK)
00.15hs: Horizontes contemporáneos
El sexo es una comedia, Catherine Breillat, Francia, 2003
95 minutos / No recomendada para menores de 18 años
Antes de la película principal se proyectará el cortometraje La lámpara (8′), de Roman Polanski, Polonia, 1959
Poco se ha visto de Breillat en la Argentina, obsesiva cineasta dedicada a explorar en sus largometrajes cuestiones sobre política sexual. He aquí una mujer no necesariamente feminista dispuesta a politizar el placer femenino hasta el límite de lo tolerable. O recuérdese si no Romance, film sobre sadomasoquismo y otras yerbas, con la presencia del gran astro de cine xxx Rocco Sifredi (su último film, Anatomía del infierno, basado en su novela Pornocracia, vuelve a tener a Sifredi como protagonista). El sexo es una comedia destila un humor homeopático, casi imperceptible hasta una escena evidente cuya comicidad alude literalmente al título del film. Su trama mínima, el momento de filmar una escena de sexo, sirve para entender el mundo del cine, las reacciones dominantes a la hora de exponer el cuerpo desnudo. Esta película se impone finalmente como una meditación sobre la diferencia o continuidad entre la vida y la ficción. La magistral escena final así lo testifica. (RK)
MIÉRCOLES 21
18.15hs: Clásicos para un canon
El viajero, de Abbas Kiarostami, Irán, 1974
71 minutos / ATP
Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Mamíferos (11′), de Roman Polanski, Polonia, 1959
El primer largometraje de Abbas Kiarostami contiene, potencialmente, la totalidad de su cine y, como suele ocurrir en las operas primas de los grandes maestros, se trata de una obra maestra. Como en los cortometrajes anteriores a El viajero, los protagonistas son los niños, aunque no se trata en este caso de un film con fines pedagógicos. La historia: un niño obsesionado por ir a Teherán a ver un partido de fútbol empieza a juntar dinero como puede. Tiene que escabullirse del control de su familia y el colegio. En un pasaje bellísimo, el niño oficia de fotógrafo escolar con una cámara que no funciona. Por cada foto posa un alumno de la escuela, incluso algunas madres. De algún modo, Kiarostami destituye la inocencia para convertirla en expresión poética. En otras palabras, determinados eventos ordinarios son trastocados para elevarlos a un contexto extraordinario. Como ocurriría tres décadas después con Offside, de Jafar Panahi, discípulo de Kiarostami, el fútbol y el deseo de un niño por entrar a la cancha funcionan indirectamente como un espejo en el que se refleja la incompatibilidad e inconmensurabilidad entre el mundo adulto y el de la niñez. La cámara, como en ¿En dónde está la casa de mi amigo?, se mantiene irrestrictamente a la altura del niño que sostiene el relato. Es una perspectiva, una premisa ética y estética. Y también un análisis político: la niñez no es una institución, es más bien una forma que se institucionaliza. En el estadio tiene que esperar unas horas hasta que comience el partido que tanto espera. Explora la cancha y sus alrededores. Observa nadar a otros niños en una pileta del club y decide dormir una siesta. Todo esto no sólo sirve para que Kiarostami introduzca dos secuencias oníricas en las que se pueden ver las posibles puniciones que le esperan al niño, sino también para determinar el cruce entre el deseo y la ley en un orden social específico. Tan magistral es esta pieza temprana que tiene la delicadeza de ocultar su perfección. (RK)
20.00hs: Clásicos para un canon
Rosetta, de Jean-Pierre y Luc Dardenne, Bélgica, 1999
90 minutos / No recomendada para menos de 13 años
Antes de la película principal se proyectará el cortometraje La parabólica (13′), de Xavi Sala, España, 2007
En la impecable edición de MK2, bajo la dirección de Serge Toubiana, parte de la obra esencial de Charles Chaplin ha sido restaurada y digitalizada. La archiconocida El pibe la presenta Kiarostami; el director de Ten y Five afirma que el cine de Chaplin y el suyo están dominados por una lógica de la vida y no de la imagen. Rosetta de los hermanos Dardenne es un buen ejemplo de este linaje cinematográfico. En efecto, se trata de un cine cuya lógica trasciende la mera lógica de la imagen. Los Dardenne interpelan el presente sin condescendencia alguna; sus películas son films-relámpagos que iluminan la tristeza y la desesperación del mundo con la pretensión de alterar, por mostrar, el orden simbólico que las produce. Y a veces lo consiguen. Justicia poética y ejemplo del poder político del cine, la ley laboral para adolescentes en Bélgica se llama Ley-Rosetta. Este film cuenta la historia de una adolescente de 17 años de la clase trabajadora que intenta trabajar para mantenerse y para mantener a su madre, una alcohólica compulsiva. El relato se circunscribe a mostrar la cotidianidad de Rosetta dividida entre rituales de supervivencia y su rutinaria búsqueda de empleo. Diríase que los Dardenne postulan un nuevo universo laboral que consideran una zona de guerra: conseguir un empleo es participar en un combate. Si Brecht decía que el pan viene antes de la moral, aquí la sentencia adquiere una materialidad opresiva. Tal sensación es conquistada por una construcción formal subordinada al relato. La cámara persigue a Rosetta como si fuera un soldado en el frente: planos secuencia, cámara en mano, nada de música extradiegética. Rosetta es el film que mejor refuta la impostura del Dogma 95 y su predecible defunción. Cuando David Cronenberg le otorgó la palma de oro en 1999 dijo: “Elegimos lo que representa el futuro del cine”. Lo sabemos: el desempleo disciplina, provoca comportamientos vergonzosos. Véase la escena en la que Rosetta delibera sobre dejar hundir en el río-pantano a su único amigo o salvarlo: ¿supervivencia o solidaridad? Rosetta apuesta a un tipo de dignidad condensada en el último pasaje de su trama, en donde ambos personajes son testigos, como nosotros, de una metamorfosis. Es el gesto que convierte a un animal moribundo como Rosetta en un agente libre que impugna toda injusticia. (RK)
22.00hs: Horizontes contemporáneos
El viaje del globo rojo, de Hou Hsiao Hsien, Francia-Taiwán, 2007
115 minutos / ATP
Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Taris (8′), de Jean Vigo, 1931 (Jean Vigo en foco)
No sé qué hubiera dicho Bazin sobre esta versión de El globo rojo, famoso film infantil de Albert Lamorisse en el que un niño entabla un vínculo afectivo con un globo, pero sospecho que este film de Hou, ninguneado con ligereza por muchos de mis colegas, le hubiera gustado mucho, al menos posee diversos pasajes de cine puro y un lenguaje cinematográfico singular y refinado. Comisionada por el Museo d’Orsay, ésta es la segunda película de Hou en la que trabaja sobre un territorio en el que es extranjero, pero, como ocurría con Tokio en Café Lumière, su mirada transforma París en un espacio misterioso y luminoso, como si jamás hubiera sido filmado. En esa ciudad trastocada por un observador delicado, Juliette Binoche, quizás en el mejor papel de su carrera, interpreta a una madre soltera, desbordada por su trabajo como actriz y otras situaciones personales; una estudiante de cine de China cuida a su hijo. Como suele suceder en el cine de Hou, predominan las situaciones a una línea narrativa ortodoxa, aunque Hou convierte el living de una casa en un laboratorio social en el que se divisa algo más que la dinámica familiar. Sin primeros planos, el director elige los planos medios extensos y los reflejos en espejos como aproximación a este mundo desconocido. Ocasionalmente, un piano acompaña sus lentos movimientos de cámara; son instantes de calma y hermosura. El famoso globo en cuestión tendrá sus apariciones, aunque el aporte animista proviene del teatro de títeres de la dinastía Yuan, del que se ven fragmentos de un ensayo. (RK)
00.15hs: África no es Animal Planet
Silencio…estamos filmando, de Youssef Chahine, Egipto, 2001
108 minutos / No recomendada para menores de 13 años
Antes de la película principal se proyectará el cortometraje El trabajo del sueño (11′), de Peter Tscherkassky, Austria, 2001
Thierry Jouse decía sobre el cine del egipcio Chahine, uno de los grandes cineastas de África: “Es mejor hablar de un refinamiento mezclado con trivialidad, como si a partir de contrarios de todo tipo naciera una paradójica manera de libertad”. Si hay algo inmediatamente evidente tras ver Silencio… -un film en el que se combinan musicales de Hollywood, el kitsch propio de Bollywood y la comedia de enredos matrimoniales- es la libertad absoluta que domina todo el metraje y la autoridad ejercida sobre el lenguaje cinematográfico. Superficialmente, el relato gira en torno a una cantante famosa y actriz, Malak, cuyo esposo la abandona por su mejor amiga, mientras que su hija quizás contraiga matrimonio con el hijo del chofer de la familia, un intelectual de izquierda. La aparición de un supuesto psicólogo con ansias de devenir en estrella habrá de precipitar cambios en la vida de Malak y en la de sus familiares y equipo de trabajo. Pero Chahine, anárquica y oblicuamente, ofrece una meditación sobre los vínculos de clase y la relación del arte con la vida y viceversa. No todo es lo que parece, empezando por el psicólogo y los típicos pasajes de melodrama que pueden distraer al prejuicioso. (RK)
JUEVES 22
18.00hs: Clásicos para un canon
El ladrón de caballos, de Tian Zhuangzhuang, China, 1986
88 minutos / ATP
Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Prólogo (4′), de Béla Tarr, Hungría, 2004 (Béla Tarr en foco)
Esta película de Tian Zhuangzhuang de 1985, situada en un remoto Tíbet silvestre y con un elenco de actores no profesionales, es un espectáculo alucinante en Cinemascope y en color, tal vez el título más personal de la “Quinta Generación” de cineastas de Pekín, surgido del Pueblo de la República de China (al menos hasta su film El cometa azul). La originalidad de Tian y su manejo magistral del sonido y la imagen ofrecen una comunicación directa, más allá de las trampas propias de su trama (un ladrón de caballos expulsado de su clan) y la cultura regional (rituales budistas de muerte), expresando un misticismo ecológico que sugiere una nueva relación entre la naturaleza y el hombre. Tian ha declarado que realizó este film para el siglo XXI, y hoy todavía es un film del futuro. (JR)
19.50hs: Béla Tarr en foco
Las armonías de Werckmeister, de Béla Tarr, Hungría, 2000
146 minutos / No recomendada para menores de 13 años
Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Thi Loaa (4′), de Remo Bianchedi, Argentina, 2008
Una escalofriante, hipnótica e intensa interpretación sobre la depuración étnica (en espíritu si no en la letra) del maestro húngaro Béla Tarr, situado casi virtualmente en el mismo mundo rural en blanco y negro de sus películas La condenda y Satantango (ambas también coescritas con Laszlo Krasznahorkai). Como ocurría en Satantango, Krasznahorkai trabajó con Tarr en la adaptación de su propia novela, La melancolía de la resistencia, aquí reestructurada y muy trabajada en términos de secuencias narrativas y perspectiva, de tal modo que está fundamentalmente limitada a la experiencia de un mensajero simplón y una figura artística. Un “circo” decrépito (en verdad un camión gigante) en una ciudad empobrecida muestra el cuerpo disecado “de la ballena más grande del mundo” mientras corre el rumor de la llegada de un “príncipe” extranjero. En algún momento, los desempleados del pueblo habrán de tomar el hospital local como si fueran una horda de linchadores, y procederán a devastar con todo. Las semejanzas de las novelas de Krasznahorkai con la ficción gótica del Sur son llamativas como ocurre también con otras alegorías de Europa Oriental, dando lugar a una prosa cadenciosa, tan monótonamente adusta como la de Thomas Bernhard. Los planos extensos en los que se sigue a los personajes -el equivalente estructural de las oraciones en las novelas de Faulkner, aunque aquí el contenido remite a las comedias de la inercia de Beckett- subrayan nuestra complicidad fácil con estos monstruos, y con los actores, incluyendo a Hanna Schygulla en un bienvenido regreso. Se extraña quizás el sarcasmo y la duración de Satantango, pero se trata de una obra esencial, especialmente para todo aquel que desconozca el cine de Tarr. (JR)
22.30hs: Película de clausura
Medusa, de Etgar Keret y Shira Geffen, Israel, 2007
78 minutos / No recomendada para menores de 13 años
Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Ana (12′), de Gabriela Trettel, Argentina, 2007
La opera prima del novelista Etgar Keret, Medusa, película que dirigió y escribió con su esposa, Shira Geffen, obtuvo la cámara de oro en Cannes 2007, y fue una de las sorpresas de aquella edición. Desde su inicio, Keret deja en claro que aquí intenta hacer cine y no literatura por otros medios. El segundo y tercer plano del film, ambos planos secuencia elegantes, indican una preocupación formal que habrá de verificarse en toda la trama, que se circunscribe a tres mujeres cuyas vidas van a modificarse tras el contacto con otras tres mujeres: una camarera tendrá que “revisitar” su niñez tras el encuentro con una niña salida del mar; una mujer recién casada aprenderá algo esencial de una poetisa; una mujer sexagenaria podrá superar su hostilidad a toda expresión afectiva en la interacción con su enfermera filipina. No son sus dobles, pero sí agentes de cambios en el tono existencial con el que los tres personajes experimentan sus vidas. Femenina y circunspecta, Medusa es oceánica, no solamente por su título y por situar su relato en Tel Aviv; el mar es aquí una cifra del inconsciente de los personajes, la sustancia líquida que remite a sus fantasías y probablemente un topos de libertad. Sin rabinos y palestinos, Medusa circunscribe su poética (y su política) a la secreta gramática de la intimidad, aunque Tel Aviv funciona como otro personaje y algunos de sus personajes concretos sean conscientes de pertenecer a la segunda generación después del Holocausto. (RK)
00.20hs: Horizontes contemporáneos
Atorado, de Stuart Gordon, EE.UU., 2007
94 minutos / No recomendada para menores de 18 años
Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Intervalos (7′), de Peter Greenaway, Reino Unido, 1968
Ésta es una de las pocas películas en las que la advertencia epistemológica y moralista, basada en un hecho real, adquiere por su absurdo hiperbólico un extraño sentido de verdad y pertinencia ética. En esta comedia negrísima, esencialmente un cuento político, una joven y bella enfermera de un geriátrico, después de una noche de éxtasis, atropella a un desempleado cuyo destino es vivir en la calle. El accidente funciona como un catalizador de todas las coordenadas simbólicas de una sociedad, la norteamericana, y Gordon, con una idea precisa de puesta en escena, se transforma en un sociólogo humorista del egoísmo de una nación y es capaz de exponer en una hora y media el ethos de un pueblo. (RK
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