\"No acepta la pobreza como un karma y quiere que el derecho al crédito sea un derecho humano\"
Entreviste a Yunos, el banquero de los pobres. Por Norma Morandini
Muhammad Yunus (Premio Nobel) es un intelectual que no duda y carece de dogmas, un banquero que no es millonario, un pragmático que no es polÃtico, un economista del tercer mundo, doctorado en los Estados Unidos, que no trabaja en ninguna consultorÃa internacional, cuestiona las falsas ideas que justifican la pobreza y utiliza el sentido común.
Critica a la religión porque oprime , sin embargo, no es un marxista, defiende la libre iniciativa, pero no es capitalista. Ayuda, pero no regala, es un profesor que no da cátedras, y lo que mas desconcierta: Yunus proviene de Bangladesh, uno de los paÃses mas pobres del mundo, sin embargo, su "Grameen Bank", el banco que da créditos a los pobres, sin pedirles garantÃas, cuyos clientes son mayoritariamente mujeres, esta dando una lección al mundo desarrollado sobre como acabar con la pobreza.
¿Pero quien es este profesor que molesta a los banqueros por sus criticas, enoja a los religiosos musulmanes de su paÃs por trabajar con las mujeres, protesta contra los gobernantes por "inoperantes e indiferentes a los padeceres de sus pueblos", y denuncia a las agencias internacionales de ayuda, del tipo Banco Mundial, por contratar expertos con salarios altÃsimos que viajan a los paÃses del Tercer Mundo,sin contactarse con la pobreza real, escriben informes que nadie lee y otorgan prestamos de ayuda para el desarrollo que nunca llegan a sus beneficiarios porque el dinero se pierde en los sinuosos caminos de la burocracia y la corrupción.
"Admito que soy culpable", dice riéndose, a modo de presentación, como si hubiera hecho una travesura y lo descubrieran en falta. Hombre de mirada franca y sonrisa amplia, que no busca agradar pero resulta agradable, parece habituado a tener a su frente interlocutores que lo miran con curiosidad para saber si se esta frente a un iluminado que descubrió la formula mágica para que el mundo pueda terminar con la pobreza. "Todo es tan simple como lo que estamos haciendo., Usted, me pregunta, yo le respondo. No hay secretos", dice en una de las coquetas salitas para las "very important persons (VIP) que se alojan en el hotel que tuvo entre sus huéspedes a Yunus en su paso por Argentina para presentar su libro "Hacia un mundo sin pobreza". Y todo lo que dice lleva razón, como la sinrazón de que existan pobres en el mundo. ¨No hay razón para que una persona sea pobre. Es una idea equivocada pensar que la pobreza es un hecho natural. Basta que existan instituciones que propicien la creatividad y la inteligencia de las personas que viven en la pobreza" Y esto es lo que ha demostrado con sus "grameen" (aldea en bengalÃ) , los "bancos aldea" que otorgan prestamos a un interés minimo, cuentan con mas de dos millones y medio de tomadores de créditos, y mas de mil sucursales en todo el mundo. En Argentina ya existe una Fundación Grameen, dirigida por Pablo Broder, Sin embargo, las filiales también huyen a la organización tradicional. No dependen de Yunus, son autonomas, "crecen por su propio peso" y el único requisito es viajar a Bangladesh para conocer como funcionan los llamados "bancos de los pobres".
Yunnus viste el atuendo de gala de Bangladesh, una camisola de algodón que mas parece de seda y un chaleco sobrepuesto. Cambio el "sarong" por un pantalón occidental. Es un hombre risueño y sencillo que creció en una animada calle de Chittagong, el principal puerto de Bangladesh.
Si bien su padre era un comerciante y su familia no vivÃa en la pobreza, aprendió desde niño a cuidar de sus otros hermanos y a ser ingenioso para vivir. Como cuando tomó el nombre de uno de los ganadores de la suscripción de una publicación de Calcuta y se hizo mandar a la casa de un vecino las revistas que no podÃa comprar. No vivió una infancia miserable, sin embargo es fácil imaginar el sufrimiento del niño que adoraba a su madre, una "mujer empecinada, bondadosa y metódica" a la que vio enloquecer con raptos de ira y violencia.¿ Será porque comprendió desde temprano que la insania es el destino de muchas mujeres a las que la opresión cultural asesina la creatividad y la inteligencia que Yunus trabaja casi exclusivamente con las mujeres? Bangladesh es un paÃs musulmán, en el que las mujeres pueden ser repudiadas por sus maridos, son analfabetas y no se les permite trabajar fuera de la casa. Pero Yunus probó que las mujeres son mas responsables con el dinero, se adaptan mas fácilmente a la autoasistencia y sobre todo piensan primero en sus hijos. AsÃ, las mujeres se convirtieron en las clientas casi exclusivas del Grameen,por lo que Yunus debió enfrentar la resistencia de los maridos como la de los "mollash", los sacerdotes que temieron perder su
autoridad dentro de la aldea.
Padre de dos hijas de matrimonios distintos, el bengalà sonrÃe cuando recuerda a la hija que vive en Bangladesh, una adolescente rebelde con la tradición que no cumple con las cinco oraciones diarias , escucha la música a todo volumen para escándalo de los parientes y vecinos, y cuando alguien la reprende, cierra la puerta como cualquier joven moderna.
"¿Si soy un padre fuerte o débil? Tal vez soy débil, he tratado de controlarla, pero me rindo", dice Yunus y se rÃe a carcajadas, el rasgo mas simpático de ese hombre que a los cincuenta anos ya tiene el cabello blanco pero muestra la tolerancia y jovialidad enérgica de los que ponen vida en el tiempo. Su otra hija es cristiana, una soprano que vive en los Estados Unidos, fruto de su primer matrimonio con una norteamericana.
Hombre de dos mundos, entre una educación que subordina el individuo a la tradición o el individualismo occidental, Yunus es enfático: elijo al individuo, el poder personal. Sin embargo, cuestiona la idea de la libre iniciativa que sustenta a la economÃa de mercado.
" Se entiende la libre iniciativa como la capacidad de crear una empresa y contratar a otro, lo que yo digo es la capacidad de un individuo a crear su propio trabajo que no esta contemplado en la literatura económica: el autempleo."
Yunus reniega de las formulas, basa su saber en la experiencia de sus "grameens" que probaron ser, también, un instrumento del desarrollo.
El economista explica que todas las investigaciones demuestran que los microprestamos son una herramienta de progreso social porque aumentan el nivel de vida de la "familia grameen": los ingresos mejoran las condiciones habitacionales, la nutrición,alfabetización, la calidad de la alimentacion,y adoptan ,mas rápidamente ,practicas de control de la paternidad responsable.
Se reconoce al economista, doctorado en la Universidad de Vanderbilt, cuando critica las ideas económicas que "hablan del trabajo como una solución de la pobreza, cuando en realidad hablan de empleo de contratos, de que alguien los contrate. A mi me parece muy desagradable que uno puede ser contratado por alguien. Asà se pierde todo el control sobre la propia vida". Mas que una teorÃa económica una filosofÃa de vida que restituye el sentido de la libertad en una economÃa que se jacta de basarse en el libertad. "No estoy en contra
de la libre iniciativa sino en contra de la idea de empleo", explica el economista-banquero, quien enfatiza que "los gobiernos no deben gestar los créditos, porque la injerencia gubernamental los politiza y eso es la ruina, por eso debe hacerse a través de instituciones privadas, nunca agencias de gobierno".
Este hombre tolerante y afable, sin levantar la voz condena a los gobernantes por "inoperantes y corruptos", y agrega: "yo trabajo, ellos no".
Un hombre oriental que no es religioso, no acepta la pobreza como un karma y quiere que el derecho al crédito sea, también, un derecho humano.
¿Pero quien es este profesor que molesta a los banqueros por sus criticas, enoja a los religiosos musulmanes de su paÃs por trabajar con las mujeres, protesta contra los gobernantes por "inoperantes e indiferentes a los padeceres de sus pueblos", y denuncia a las agencias internacionales de ayuda, del tipo Banco Mundial, por contratar expertos con salarios altÃsimos que viajan a los paÃses del Tercer Mundo,sin contactarse con la pobreza real, escriben informes que nadie lee y otorgan prestamos de ayuda para el desarrollo que nunca llegan a sus beneficiarios porque el dinero se pierde en los sinuosos caminos de la burocracia y la corrupción.
"Admito que soy culpable", dice riéndose, a modo de presentación, como si hubiera hecho una travesura y lo descubrieran en falta. Hombre de mirada franca y sonrisa amplia, que no busca agradar pero resulta agradable, parece habituado a tener a su frente interlocutores que lo miran con curiosidad para saber si se esta frente a un iluminado que descubrió la formula mágica para que el mundo pueda terminar con la pobreza. "Todo es tan simple como lo que estamos haciendo., Usted, me pregunta, yo le respondo. No hay secretos", dice en una de las coquetas salitas para las "very important persons (VIP) que se alojan en el hotel que tuvo entre sus huéspedes a Yunus en su paso por Argentina para presentar su libro "Hacia un mundo sin pobreza". Y todo lo que dice lleva razón, como la sinrazón de que existan pobres en el mundo. ¨No hay razón para que una persona sea pobre. Es una idea equivocada pensar que la pobreza es un hecho natural. Basta que existan instituciones que propicien la creatividad y la inteligencia de las personas que viven en la pobreza" Y esto es lo que ha demostrado con sus "grameen" (aldea en bengalÃ) , los "bancos aldea" que otorgan prestamos a un interés minimo, cuentan con mas de dos millones y medio de tomadores de créditos, y mas de mil sucursales en todo el mundo. En Argentina ya existe una Fundación Grameen, dirigida por Pablo Broder, Sin embargo, las filiales también huyen a la organización tradicional. No dependen de Yunus, son autonomas, "crecen por su propio peso" y el único requisito es viajar a Bangladesh para conocer como funcionan los llamados "bancos de los pobres".
Yunnus viste el atuendo de gala de Bangladesh, una camisola de algodón que mas parece de seda y un chaleco sobrepuesto. Cambio el "sarong" por un pantalón occidental. Es un hombre risueño y sencillo que creció en una animada calle de Chittagong, el principal puerto de Bangladesh.
Si bien su padre era un comerciante y su familia no vivÃa en la pobreza, aprendió desde niño a cuidar de sus otros hermanos y a ser ingenioso para vivir. Como cuando tomó el nombre de uno de los ganadores de la suscripción de una publicación de Calcuta y se hizo mandar a la casa de un vecino las revistas que no podÃa comprar. No vivió una infancia miserable, sin embargo es fácil imaginar el sufrimiento del niño que adoraba a su madre, una "mujer empecinada, bondadosa y metódica" a la que vio enloquecer con raptos de ira y violencia.¿ Será porque comprendió desde temprano que la insania es el destino de muchas mujeres a las que la opresión cultural asesina la creatividad y la inteligencia que Yunus trabaja casi exclusivamente con las mujeres? Bangladesh es un paÃs musulmán, en el que las mujeres pueden ser repudiadas por sus maridos, son analfabetas y no se les permite trabajar fuera de la casa. Pero Yunus probó que las mujeres son mas responsables con el dinero, se adaptan mas fácilmente a la autoasistencia y sobre todo piensan primero en sus hijos. AsÃ, las mujeres se convirtieron en las clientas casi exclusivas del Grameen,por lo que Yunus debió enfrentar la resistencia de los maridos como la de los "mollash", los sacerdotes que temieron perder su
autoridad dentro de la aldea.
Padre de dos hijas de matrimonios distintos, el bengalà sonrÃe cuando recuerda a la hija que vive en Bangladesh, una adolescente rebelde con la tradición que no cumple con las cinco oraciones diarias , escucha la música a todo volumen para escándalo de los parientes y vecinos, y cuando alguien la reprende, cierra la puerta como cualquier joven moderna.
"¿Si soy un padre fuerte o débil? Tal vez soy débil, he tratado de controlarla, pero me rindo", dice Yunus y se rÃe a carcajadas, el rasgo mas simpático de ese hombre que a los cincuenta anos ya tiene el cabello blanco pero muestra la tolerancia y jovialidad enérgica de los que ponen vida en el tiempo. Su otra hija es cristiana, una soprano que vive en los Estados Unidos, fruto de su primer matrimonio con una norteamericana.
Hombre de dos mundos, entre una educación que subordina el individuo a la tradición o el individualismo occidental, Yunus es enfático: elijo al individuo, el poder personal. Sin embargo, cuestiona la idea de la libre iniciativa que sustenta a la economÃa de mercado.
" Se entiende la libre iniciativa como la capacidad de crear una empresa y contratar a otro, lo que yo digo es la capacidad de un individuo a crear su propio trabajo que no esta contemplado en la literatura económica: el autempleo."
Yunus reniega de las formulas, basa su saber en la experiencia de sus "grameens" que probaron ser, también, un instrumento del desarrollo.
El economista explica que todas las investigaciones demuestran que los microprestamos son una herramienta de progreso social porque aumentan el nivel de vida de la "familia grameen": los ingresos mejoran las condiciones habitacionales, la nutrición,alfabetización, la calidad de la alimentacion,y adoptan ,mas rápidamente ,practicas de control de la paternidad responsable.
Se reconoce al economista, doctorado en la Universidad de Vanderbilt, cuando critica las ideas económicas que "hablan del trabajo como una solución de la pobreza, cuando en realidad hablan de empleo de contratos, de que alguien los contrate. A mi me parece muy desagradable que uno puede ser contratado por alguien. Asà se pierde todo el control sobre la propia vida". Mas que una teorÃa económica una filosofÃa de vida que restituye el sentido de la libertad en una economÃa que se jacta de basarse en el libertad. "No estoy en contra
de la libre iniciativa sino en contra de la idea de empleo", explica el economista-banquero, quien enfatiza que "los gobiernos no deben gestar los créditos, porque la injerencia gubernamental los politiza y eso es la ruina, por eso debe hacerse a través de instituciones privadas, nunca agencias de gobierno".
Este hombre tolerante y afable, sin levantar la voz condena a los gobernantes por "inoperantes y corruptos", y agrega: "yo trabajo, ellos no".
Un hombre oriental que no es religioso, no acepta la pobreza como un karma y quiere que el derecho al crédito sea, también, un derecho humano.
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