Ayudas para el niño que repartio chocolatines a los bomberos
Abandonó la escuela para salir a trabajar...
El Intendente Dr. Marcos Sestopal, hizo entrega a la mamá de Federico Vargas de una placa recordatoria, colchones, frazadas, zapatillas, una pelota de fútbol y una bicicleta de mountain bike
Sestopal dijo:” Yo quería conocerlo personalmente a Federico y darle todas estas cosas que hacen mucha falta para el y su familia, esto es un ejemplo para todos porque muestra que se puede ser solidario teniendo poco o mucho. Sabemos que Federico tuvo que dejar el colegio para ayudar a su familia, es por ello que he citado al Concejo Educativo de La Falda y en conjunto con la Directora de la Escuela Aeronáutica Argentina vamos a trabajar para que pueda volver a estudiar, desde el municipio pondremos una maestra particular para que le enseñe a Federico y pueda recuperar el tiempo que no pudo asistir a clases y el año que viene ingrese a sexto grado como una alumno normar para cumplir el ciclo lectivo. También quiero agradecer muy especialmente al Ministro de la Solidaridad Dr. Daniel Passerini por mandar mucho de lo que hoy estamos entregando. Vamos a implementar un plan para ayudar a las mamás que tengan dificultados para atender a sus hijos”. Finalizó el Intendente.
Federico es un niño de 13 años que gastó sus ahorros que pensaba destinar para comprarse zapatillas, con el dinero que poseía compro chocolates para darle a los Bomberos Voluntarios que estaban combatiendo las llamas del voraz incendio que azotaba a Punilla, el niño después de comprar los chocolates y viendo que no le quedaba más dinero, tuvo que caminar más de 5 kilómetros desde La Falda (lugar donde vive) hasta el paraje de Santa Isabel en proximidades de la comuna de Casa Grande donde se encontraba el centro de operaciones de los bomberos, para entregar el preciado trofeo, que para el era los más importante, que los bomberos se encuentren bien y seguramente con un chocolate pudieran darle más fuerzas para que puedan apagar el fuego.
Claudia Cepeda
Federico es un niño de 13 años que gastó sus ahorros que pensaba destinar para comprarse zapatillas, con el dinero que poseía compro chocolates para darle a los Bomberos Voluntarios que estaban combatiendo las llamas del voraz incendio que azotaba a Punilla, el niño después de comprar los chocolates y viendo que no le quedaba más dinero, tuvo que caminar más de 5 kilómetros desde La Falda (lugar donde vive) hasta el paraje de Santa Isabel en proximidades de la comuna de Casa Grande donde se encontraba el centro de operaciones de los bomberos, para entregar el preciado trofeo, que para el era los más importante, que los bomberos se encuentren bien y seguramente con un chocolate pudieran darle más fuerzas para que puedan apagar el fuego.
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