BAJO EL TRAGICO SIGNO DE LAS EPIDEMIAS

Páginas Históricas por Francisco Capdevila

Año1926. La Cumbre había comenzado una etapa de progreso en variados aspectos. Ese año se inauguraba el campo de golf, la primera central telefónica, una importante cantidad  de residencias se alzaban majestuosas, otorgándole un sello distintivo a esta población, pero había un servicio casi olvidado: la salud pública.

No había médicos, ni siquiera una sala de primeros auxilios, por eso la epidemia de neumonía que afectó a gran parte de la población se cobró muchas vidas en aquel aciago año.Al principio fueron casos esporádicos, para la estadística estaban en la media normal. La preocupación llegó en los últimos días de agosto cuando las muertes por bronconeumonía empezaron a sumar varias victimas por día, pero era sólo el comienzo: septiembre fue el mes más trágico. Crudo inviernoEl viento frío del sur levantaba la nieve acumulada y bajaba la temperatura del ambiente. Gruesas nubes estaban estacionadas por largos días sobre el cordón montañoso de las sierras chicas.Los enfermos bronquiales se contaban por docenas, pero lo que más dolía a esta incipiente sociedad era sus muertos. En algunos días eran 2, en otros 3. La epidemia estaba en su apogeo.En el cementerio local no se daba  tiempo para cavar las tumbas, en la tierra helada. Era sumamente triste ver los cajoncitos blancos que se alineaban para ser sepultados, más del 70% de los muertos eran niños.Posiblemente muchos no tuvieron ni siquiera atención médica, pues en los archivos oficiales tan sólo un caso de neumonía tuberculosa  fue certificado por el doctor Remo Copello, el resto lo atestiguaban quienes informaban el deceso al Registro Civil para las actas de defunción. Los afectadosLa epidemia no respetó ni edades ni clases sociales, nadie fue inmune. Uno de los muertos fue el Intendente Municipal Felipe Turmo, de 48 años.La llegada de la primavera y los primeros calores trajeron la calma a una población afectada en lo emocional y en la salud de sus habitantes. El recuerdo de esta epidemia sería permanente. Fallece el intendente TurmoEl estupor se adueñó de la comunidad de La Cumbre, cuando en la mañana del domingo 19 de septiembre se conoció la dolorosa noticia de la muerte del intendente Felipe Turmo.A las doce y media de la noche había dejado de existir el jefe comunal aquejado de bronconeumonía (¹), epidemia que ya se había cobrado cerca de treinta vidas en esta población.Al momento de su  deceso Turmo tenía 48 años, y  estaba casado con Justa Soria. Había nacido en Huesca España, sus padres eran Felipe Turmo y Teresa Lacambra. Un aragonés en La CumbreEste Aragonés había llegado muy joven a nuestro país, radicándose en La Cumbre donde militaba en la Unión Popular, el partido de José Sanguinetti, primer intendente local. En esta agrupación política tuvo el cargo de tesorero.En 1923 había sido electo como concejal, desempeñándose durante casi dos años como presidente de este cuerpo, hasta que en noviembre de 1925, la Unión Popular vuelve a ganar y se consagra intendente.Las exequias, solemnes y multitudinarias,  fueron una muestra del reconocimiento del pueblo hacía su persona y a la obra de gobierno que venía desarrollando. Acta Nº 62Su muerte fue asentada el 20 de septiembre, por el Jefe del Registro Civil Andrés Avellaneda, en el libro 1 de defunciones, folio 62, siendo testigos Gonzalo Freire de 24 años, español, casado, comerciante y Lucindo Ochoa de 42 años, casado, peluquero.  Sus últimos díasNada hacia prever el trágico desenlace de esta repentina enfermedad que minó rápidamente su salud. Una semana atrás el Concejo Deliberante lo había facultado para firmar el convenio con la empresa Marcuzzi y Cía., para la provisión de luz y fuerza motriz a esta localidad. Además de los trámites para la construcción del matadero municipal y la extensión de agua al barrio Argentino.  Nueva epidemia en el 28Aunque no tuvo la virulencia de la epidemia del año 26, el nuevo brote produjo 16 muertes, 13 fueron en forma directa por neumonía y 3 por tuberculosis, aunque estos últimos casos, al parecer están más separados tanto por las edades, y las fechas en que se produjeron.Coincidentemente eran hombres entre 30 y 45 años, de nacionalidad extranjera (americano, irlandés e inglés). Niños: los más afectadosOtro año con bajas temperaturas, aún en plena primavera, produjo decenas de casos de neumonía, los niños, más expuestos, en todos los casos de familias humildes fueron los afectados en su mayoría.Entre septiembre y octubre se produce la mayor cantidad de muertes: 9 en total (seis niñas y tres niños), sus edades oscilan entre los dos meses y tres años. La salud públicaLa necesidad de contar con una sala de primeros auxilios para las familias carecientes estuvo en las plataformas políticas, pero a nivel oficial seguiría siendo por largo tiempo materia pendiente con una comunidad que cada día más requería de los más elementales servicios de salud para su pleno desarrollo. Anteriores epidemiasEl Potrerillo y Pintos afectados por la viruela. La zona de La Cumbre y su entorno todavía era una región rural para el año 1909, lejos de los centros urbanos, donde ese año padecían una mortal epidemia de viruela,  por eso es posible que algún viajero portara la peste por el ferrocarril, pues el primer caso de esta enfermedad se produjo en Carreras del Pum Pum, se extendió luego hacía el Río de los Guevaras (hoy Charbonier) y desde allí pasó hacía la zona de El Potrerillo.La primera defunción fue el 11 de octubre, falleciendo Juan Mercado de 6 meses, hijo natural de Ignacia Mercado. (Acta 51 - Tomo I)En los días subsiguientes la enfermedad se cobraría la vida de María Eva Mercado de un año y de su hermano Vicente de 9. (Actas 49 y 50 - Tomo I). Ambos hijos del matrimonio de Vicente Mercado y Antonia Aguirre.El 23 de octubre por esta enfermedad dejaba de existir María Zapata de 11 meses, hija natural de Rosario Zapata. (Acta N° 52 - Tomo I) El brote de viruela en PintosEse mismo día la tragedia golpeaba la familia de Celestino González y Marqueza Salguero, con la muerte de Regalado González de 13 años (Acta N° 54 - Tomo I).A las pocas horas, el día 24, moría otro de los hijos del matrimonio González, en este caso Ramón de 11 años (Acta N° 55) y no había transcurrido una semana, cuando el 1 de noviembre la viruela se cobraba la tercera victima en esta familia falleciendo María Trinidad González de 4½ meses, (Acta N° 61). Acotando que su hermana melliza  Severa había muerto a las pocas horas de nacer el 8 de junio pasado.El último deceso fue de Tránsito Minú  de 5 años, hija natural de Rosa Minú. (Acta N° 62 - Tomo I).En La Cumbre no se registraron muertes Recuerdos de juventudEl Dr. José Antonio Pavón, primer médico nacido en La Cumbre, dejó escrito algunos recuerdos sobre el tema de la salud contando que  “Alrededor del año 20 fui a Huerta Grande, a la Farmacia Coda para que preparasen  una receta del doctor Juan José Garaventa para mi media hermanita Julia Margarita.El viaje de ida y vuelta lo hice de un sólo galope en un caballo criollo que le decían el zaino chico y que generalmente lo usábamos en el sulky.El porque del viaje a galope tendido es que necesitaban el medicamento con suma urgencia.En esa época en La Cumbre no había médico ni tampoco farmacias. Médicos en Capilla del Monte y Cosquín y farmacias en Capilla del Monte, Huerta Grande y Cosquín.En La Cumbre la primera farmacia la instaló el señor Simeón Ochonga, que era idóneo y venía de Cosquín. Estaba ubicada en la propiedad del señor Félix C. Ríos en la calle Rivadavia al 100.A los pocos años compró al frente la casa de familia y local para su farmacia. El señor Ochonga nos trajo un factor valioso para la población, cimentándolo con su capacidad, hombría de bien y su bondad innata.Después de algunos años que estimo alrededor de cinco, el señor Emilio Coda, también idóneo, trasladó su farmacia de Huerta Grande a La Cumbre por razones económicas. Este nuevo emprendimiento se ubicó en calle 25 de Mayo al 100, siendo apoyado por las fuerzas vivas de la localidad y contando al principio con la colaboración del señor  Félix Di Michele y posteriormente con la del señor Rosario Ardita”.N.de R. Esta nota la dejó escrita el doctor Pavón, primer médico nacido en La Cumbre y se publica con  la autorización de su familia.   (¹) Neumonía atípica primaria. Grupo de síndromes respiratorios agudos, de naturaleza infecciosa, pero aún no se conoce con seguridad el agente etiológico.La neumonía atípica primaria puede manifestarse tanto esporádicamente, como en forma epidémica (estos casos de La Cumbre). Suelen ser invernales y se propagan por contagio directo. Su sintomatología es muy parecida a la de otras afecciones respiratorias virales. El periodo de incubación es de 10-14 días. La enfermedad se manifiesta con astenia, malestar general, mialgias, cefalea, tos irritativa. (Britannica Tomo 6 - pág. 2184)    

2281 lecturas

1 comentario de lector

  1. gustavo sez28/03/2011 09:40

    Amigos de Canal 11, esta nota es realmente impactante, pero por sobre todas las cosas de un gran contenido histórico, los felicito!!