Una mirada serena al "nunca más"
Historia de horror y sangre
Se celebra hoy el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, instituido por el gobierno de Néstor Kirchner en coincidencia con el aniversario del golpe militar del 24 de marzo de 1976, que depuso al gobierno de María Estela Martínez de Perón y profundizó y extendió la represión ilegal y el terrorismo de Estado hasta límites hasta entonces desconocidos.
Si bien esta metodología había tenido sus primeras manifestaciones a partir del segundo semestre de 1974 –luego de la muerte del entonces presidente Juan Domingo Perón e inspirada por José López Rega, ministro de Bienestar Social de la Nación desde 1973–, el siniestro plan orgánico por parte de las Fuerzas Armadas para combatir a la guerrilla mediante secuestros, desaparición y asesinato de personas, habilitación de centros clandestinos de detención y aplicación sistemática de la tortura fue entronizado desde 1976 y a partir de allí ocupó cada espacio y actividad de la vida nacional.
López Rega había sido el organizador de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), que, con el apoyo de ciertos sectores de las Fuerzas Armadas y de seguridad, inició una guerra sin cuartel contra las organizaciones armadas de izquierda, tanto peronistas (Montoneros) como no peronistas (ERP), entre otras. La primera parte de la década de 1970 fue escenario de una violencia de sectores que, con el golpe de 1976, se extendería a toda la sociedad, como parte de una condenable metodología represiva del Estado.
El informe de la delegación Córdoba de la Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas (Conadep), publicado en 1984, dice textualmente: “El secuestro de personas, como método de detención, surge en nuestra provincia casi un año antes del golpe del 24 de marzo de 1976, y se desarrolla en forma progresiva y se sistematiza a partir del pronunciamiento militar. En efecto, los meses de diciembre de 1975 y enero y febrero de 1976 concentran la mayoría de las 52 denuncias de secuestros correspondientes al período anterior a la instauración del gobierno militar. Esas denuncias, unidas a otros testimonios y elementos documentales reunidos por esta Delegación, representan indicios ciertos de que esos actos fueron ejecutados con idéntica metodología a la instaurada como política represiva a partir del Proceso de Reorganización Nacional”.
Sin dudas que ésta es otra jornada propicia para repetir con fuerza “nunca más” a la metodología del terrorismo de Estado, instaurada con el gobierno militar de 1976, y para explicar a las generaciones actuales –en muchos casos ajenas a esa historia de horror y sangre– los valores de la democracia, el rechazo a la violencia y el apego a la tolerancia y al disenso entre mayorías y minorías. La justicia histórica y una memoria que alumbre todos los hechos aberrantes de esa década merecen una mirada serena del pasado por parte de sus protagonistas y actores actuales.
Editorial de La Voz del Interior
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