Mariela tiene 8 años y va a la escuela del barrio. Vive con su mamá y sus dos hermanos; el grande que ya trabaja y uno chiquito que va a la guardería.Una mañana mientras Mariela se aprontaba apurada para no llegar tarde, la mamá le dice:¿Mariela, tienes todo en la mochila? Sí mamá, contestó ella.
Mariela, Vamos, gritó el hermano mayor que la esperaba para acompañarla a la escuela.Chau mamá, beso: se despide Mariela.Mariela – le recuerda la mamá- no te olvides de lo que te digo siempre; no hables con extraños y cuando vuelvas de la escuela, cierra bien con llave la casa. No le abras a nadie hasta que yo vuelva de trabajar.
Esa tarde, al volver a la casa, Mariela buscaba la llave de la puerta en su mochila. Don Eduardo, su vecino, la vio desde la puerta de su casa y le dijo:Marielita, otra vez no encuentras las llaves. Esperá que te ayudoNO se moleste Don Eduardo, ya la encontré. Contestó ella, entrando rápidamente a la casa.Don Eduardo vivía desde hacía año en el barrio. Era conocido y muy respetado por todos los vecinos.Algunas tardes, cuando Mariela estaba sola, Don Eduardo iba a hacerle compañía hasta un ratito antes de que llegara su mamá. Siempre le llevaba de regalo bombones o caramelos.Mariela prendió la televisión bien fuerte. Casi enseguida, sintió que golpeaban.
¿Quién es?Soy yo, soy yo Mariela dijo Don Eduardo.Mariela, sin muchas ganas, abrió la puerta como lo hacía cada tarde en el último mes.Al principio, en sus visitas, Don Eduardo miraba la Tele con ella un rato, charlaban y se iba. Pero cada día se iba quedando un poco más. Le enseñaba juegos que a Mariela no le gustaban mucho y la hacían sentir medio rara. Además no sabía si estaba bien jugar a esos juegos.Antes de irse, Don Eduardo siempre le repetía: Mariela, acuérdate que este es nuestro secreto.Y Mariela le hacía caso.
De noche, todos volvían a la casa.Mientras la mamá preparaba la comida, porque venía el tío de visita, hablaban de las cosas que habían hecho durante el día.Mariela, preguntó la mamá – cómo te fue hoy en la escuela?Bien.Hiciste los deberes?No, no tuve tiempoPero Mariela, todos los días lo mismo, rezongó la mamá.- ¿Qué hiciste después de la escuela?Me dormí- contestó de malos modos. Hacía tiempo que Mariela no hacía los deberes sola.Andaba triste,c allada y muchas veces se eojaba sin razón. Pero esta vez, en la mesa, la mamá insitió.Últimamente te encuentro muy rara. ¿Qué te pasa?Nada. ¿Qué me va a pasar?No sé. Me parece que hay algo que te preocupa.¡No es nada¡ Déjame en paz. ¿No pUedo tener un secreto? Contestó Mariela enojada y se fue a su cuarto.
La mamá la sigue y se sienta con ella.Yo sé que tienes derecho a tener secretos, pero si hay un secreto que te pone de mal humor, triste o te hace decir mentiras, no está bien que lo guardes. Yo siempre te voy a querer, haya pasado lo que haya pasado. El cuento tiene un final abierto. La idea es que luego de relatarles el cuento a los niños y/o niñas se pueda retomar la narración, introduciendo preguntas para profundizar la comprensión del mismo:¿Quiénes aparecen en el cuento?¿Cómo se llaman los personajes?¿Con quien vive Mariela?¿Qué hace Mariela después de la escuela?
¿Qué imaginan que sucede con el vecino?¿Qué juegos pueden hacer sentir mal a Mariela?¿Estaba bien que el vecino jugara con ella a esos juegos?¿Cuándo está bien guardar un secreto y cuándo está mal?¿Qué secretos nunca deben guardarse?¿Puede haber adultos que hagan mal a los niños?¿Qué podrían hacer ustedes si vivieran una situación como la que vivió Mariela?¿Se lo contarían a alguien?¿A quien le pedirían ayuda?
El cuento ha sido tomado de libro: “Manos al Taller”, de Alicia Casas Gorgal y María Eugenia Goyret. Manual metodológico “Jugando nos fortalecemos para enfrentar situaciones difíciles”. Segunda edición (2005). Programa Claves. Uruguay.
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Excelente Pricila, ojala todos los padres le pongamos atencion a nuestros hijos prestandoles una oreja.... Felicitaciones por Tu trabajo con adolecentes algo nunca visto aqui en La Cumbre y que nos ayuda a todos (padres y adolecentes) Gracias no te valla