30 de Octubre Día de La Cumbre

El martes próximo serán los actos alegóricos

En conmemoración al Día de La Cumbre compartimos fragmentos de la Junta de Historia de la localidad. El desarrollo de La Cumbre en el siglo XX 1900 - 1909 Tiempos de Cambio De aquella sociedad pastoril en las últimas décadas del siglo pasado,

con una población de 155 individuos (Censo 1895), en un caserío disperso, que conservaba un entorno agreste se fue transformando lentamente durante esta primera década. Con el aporte de los inmigrantes ingleses, italianos y españoles, se formó la conciencia de comunidad. Había despertado ese espíritu de consolidar las incipientes instituciones: escuela y capilla.
Dirigiendo además los esfuerzos hacia las actividades del futuro: la minería y el turismo. Las tierras tenían pocos propietarios: Olmos, Ríos, Moyano, Pavón, Fea y Boucherville eran los principales dueños. En el caso de estos últimos de la estancia San Gerónimo, que dio origen al pueblo de La Cumbre.

1910 - 1919 Conciencia Comunitaria
La formación de las instituciones fundamentales del pueblo (Comisión de Fomento y Registro Civil en 1911 y Municipalidad en 1916), su delineación (1913), la puesta en funcionamiento de los servicios básicos (agua corriente 1917) y la paulatina consolidación de los aspectos turísticos con apertura de hoteles como Los Montes y pensión Capdevila aumentando la oferta turística que hasta ese momento se reducía al Cruz Chica (1891) y El Alto (1909), y de la minería (extracción de mármoles) fueron las características de ésta década de crecimiento quintuplicándose la población, ya agrupada en un naciente centro, en los alrededores de la estación ferroviaria.

1920 - 1929 Fe y Desarrollo
La importancia de esta década esta dada por el afianzamiento de los aspectos comunitarios, en lo concerniente a los servicios de agua, luz y teléfonos, que ampliaron las posibilidades de desarrollo, materializándose en obras como el golf club, el primer cine, la sala de primeros auxilios, nuevos hoteles y residencias, que delinearon el perfil de esta población, que ya basaba su economía en el turismo.
Luego de la construcción de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, la elevación a categoría de parroquia y la radicación de la comunidad de frailes Capuchinos, con su trabajo evangelizador, fueron factores que sostuvieron un proceso de crecimiento muy importante generando una base para el progreso alcanzado en los años 30 y 40.

1930 - 1939 - Los años de Oro
La Cumbre, comenzó su plena expansión en esta década del siglo, los apellidos ilustres de Buenos Aires, Rosario, Santa Fe y Córdoba, sumados a la clase terrateniente de la pampa húmeda, eligieron esta población como destino de vacaciones. Primero, se alojaron en hoteles, principalmente el Palace, que reunía las características de distinción y calidad en sus servicios. Luego vendría la compra de la tierra, y las fastuosas mansiones tomaban forma con materiales generalmente importados y diseñadores europeos como León Durge o el renombrado paisajista Carlos Thays.
Los Menendez Behety, Gómez Palmes, Unzue de Alvear, Cullen, Beccar Varela, Oster y Vasallo fueron algunas de las familias que construyeron sus casonas, en un lugar casi exclusivo, con un entorno natural al estilo del viejo continente, además se hablaba inglés, el golf era el lugar predilecto para las reuniones sociales, la cacería del zorro agrupaba a la familia en largas cabalgatas sobre las sierras; y por las noches las orquestas proponían la diversión a señores de riguroso smoking y damas vestidas de gala.
Este movimiento generó un ciclo de trabajo para los pobladores estables de La Cumbre y muchos inmigrantes entre ellos españoles, yugoeslavos, alemanes, sirios e italianos. Las ideologías europeas en boga, principalmente el fascismo, dividió en el plano político a la nutrida colonia de este país que ya había formado sus instituciones representativas.
La educación elevó sus niveles en el ciclo primario. La primera industria, de dulces y alfajores estaba en funcionamiento y se había abierto una segunda fábrica. Además los servicios, como el agua corriente, fueron adecuados para una población, que a fines de la década se calculaba en 2.600 habitantes estables, más 1.000 visitantes en épocas vacacionales.
Entre las convulsiones financieras, la inseguridad en Europa ante las inminentes guerras, La Cumbre era el lugar ideal para vivir, descansar y estar más cercan de los estilos extranjeros, que muchos argentinos adoraban.

1940 - 1949 Las grandes obras
El sostenido desarrollo de La Cumbre, tuvo su momento, quizá más importante a lo largo de esta década cuando se concretaron las grandes obras: el dique San Jerónimo (1942) y la pavimentación del casco céntrico (1943-44). El movimiento económico generado hizo que se instalara la primera sucursal bancaria, el aumento de la población requirió otras escuelas, la número 321 que se instaló en barrio Argentino y la Ricardo Güiraldes en Tiu Mayú. Las canteras Centenario Argentino, se reactivaron con su producción de piedra caliza y a los medios de transporte terrestre se agregó el avión con vuelos de cabotaje desde y hacia la ciudad de Córdoba. La Cumbre había alcanzado su madurez y se disponía a disfrutarla durante los tiempos venideros.

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