Imperdibles films en Cineclub este miércoles en el Berti
LA CUMBRE: el 2 de setiembre
Sobre el tiempo y la ciudad, de Terence Davies, Reino Unido, 2008 y Somers Town, de Shane Meadows, Reino Unido, 2008...
“Hay una gema en la piedra que han tirado. Hay una veta de oro puro” se puede escuchar en la canción que abre este film menor pero honesto y reluciente, comisionado por una compañía europea de trenes con el fin de promocionar sus viajes, que elude tanto la propaganda como los lugares comunes del típico drama social del realismo inglés de Ken Loach, incluso en su última incursión populista y fantástica de Buscando a Eric. Aquí, dos adolescentes se hacen amigos en las calles de Somers Town; uno proviene de Nottingham y llega a Londres completamente solo; el otro es inmigrante polaco y vive con su padre. Tras un robo, los dos chicos se encuentran y empiezan a compartir su tiempo; los dos están solos, aunque un vendedor de reposeras y una camarera francesa funcionan como reparo y deseo, respectivamente, en sus vidas. Nada particular o dramático sucede en Somers Town, pero pocas películas capturan la secreta ansiedad y angustia que experimenta cualquier adolescente, más allá de que éstos representen no solamente una generación sino también una clase social específica. Sin embargo, el tono que le imprime Shane Meadows al film dista de ser sombrío: es más bien melancólico y cómico, como si sesgadamente se estuviera homenajeando a Chaplin, y no sólo porque casi en la totalidad de su metraje el film transcurre en blanco y negro. Los planos extensos que suelen componer este relato en las antípodas de Harry Potter (si se trata de películas sobre adolescentes) se colorearán en los últimos cinco minutos del film, momento en donde se materializa la única esperanza al alcance de sus personajes, lo que sugiere un particular tipo de magia que nada tiene que ver con la metafísica y la hechicería sino más bien con el deseo y la imaginación.
Roger Koza
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