TONGO RALLY TEAM MADE IN CÓRDOBA
escándalo que explotó! por Daniel Klocker
El proyecto-capricho de José Manuel de la Sota por tener un equipo de rally propio comenzó -como se dijo- en el 2000, con la consigna de difundir el nombre de Córdoba por todo el mundo, y en esa oportunidad el Gobierno desembolsó dos millones de dólares para que aquel Córdoba Rally Team (CRT) corriera el Mundial del Grupo N/4...
“Córdoba siempre de temporada”, dice un viejo slogan publicitario, y el gobernador José Manuel de la Sota adhirió a esta frase cuando en el 2000 “fundó” en aquel momento el Córdoba Rally Team para que las bellezas naturales de la provincia se conocieran en todos los rincones del planeta, con el consiguiente rédito turístico.
Lejos estaba de imaginarse José Manuel que el sueño de transformar a Córdoba en el ombligo del mundo turístico terminaría convirtiéndose en una verdadera pesadilla por el escándalo que explotó en el rally de Australia con el Tango Rally Team, y cuyas esquirlas por la adulteración de unas bridas en los turbos de los tres autos del equipo, siguen esparciéndose por los despachos oficiales y sus alrededores.
El proyecto-capricho de José Manuel de la Sota por tener un equipo de rally propio comenzó -como se dijo- en el 2000, con la consigna de difundir el nombre de Córdoba por todo el mundo, y en esa oportunidad el Gobierno desembolsó dos millones de dólares para que aquel Córdoba Rally Team (CRT) corriera el Mundial del Grupo N/4.
En el 2001, Gabriel Pozo se consagró campeón mundial y alentó la euforia del Gobierno, que proclamó a los cuatro vientos que ese título le daría a Córdoba una impensada resonancia internacional, pero sí realmente la hubo fue casi imperceptible y solo quedó circunscripta al ámbito automovilístico.
Es decir, demasiado dinero salido del erario público (el acuerdo prevé un desembolso total de 1.300.000 pesos -500.000 por la Agencia de Deportes, 300.000 por la Lotería y 500.000 por el Banco de Córdoba-) para destinar a un emprendimiento de dudoso retorno económico.
¿Yo señor?, no señor, “toda la responsabilidad la tienen los hermanos Agnello (dueños del equipo Top Run que provee los autos al Tango Rally Team), porque ni Marcos Ligato, ni David Nalbandian, ni ‘el Batata´ Beltrán, ni Gabriel Pozzo son estafadores o malas personas. Son ídolos del deporte, chicos ejemplares en la más alta dimensión del término. Nos llenan de orgullo y no tienen absolutamente nada que ver con esta canallada de los Agnello”, argumentó sin ponerse colorado el Gobernador.
¿Será así nomás? Y, cuesta creer tanta inocencia junta.
Por qué se preguntará usted, y no hay que remontarse muchas semanas atrás para recordar el caso de la solicitada que apareció en dos diarios locales titulada “Ya dijimos Nunca Más”, promovida por organizaciones de defensa de los derechos humanos y en donde se incluyeron los símbolos de propaganda del gobierno provincial, bastardeando la buena fe de mucha gente que firmó el documento, sin saber de que se trataba de un acto de oportunismo político.
¿Qué pasó entonces? Al día siguiente llegaron las disculpas del caso, que sólo pueden haber convencido a algún desprevenido ciudadano, y ahí nomás se cargó todas las tintas del “supuesto error” a la imprenta encargada de hacer el aviso.
Como siempre, la culpa la tiene el mensajero… sean los hermanos Agnello, el imprentero descuidado o la prensa “deformadora de opinión”.
“Ustedes son formadores de opinión. A veces objetivamente, y a veces son deformadores de opinión, porque responden a intereses. La gente se informa de acuerdo a lo que ustedes les transmiten, y a veces no transmiten la realidad. A veces, uno habla con ustedes y siente que pierde el tiempo”, textual del presidente de la Agencia Córdoba Deportes, Horacio Manzur durante una conferencia de prensa.
Tsunami de bridas para Manzur.
* Equipo de comunicación de la CTA Córdoba
Lejos estaba de imaginarse José Manuel que el sueño de transformar a Córdoba en el ombligo del mundo turístico terminaría convirtiéndose en una verdadera pesadilla por el escándalo que explotó en el rally de Australia con el Tango Rally Team, y cuyas esquirlas por la adulteración de unas bridas en los turbos de los tres autos del equipo, siguen esparciéndose por los despachos oficiales y sus alrededores.
El proyecto-capricho de José Manuel de la Sota por tener un equipo de rally propio comenzó -como se dijo- en el 2000, con la consigna de difundir el nombre de Córdoba por todo el mundo, y en esa oportunidad el Gobierno desembolsó dos millones de dólares para que aquel Córdoba Rally Team (CRT) corriera el Mundial del Grupo N/4.
En el 2001, Gabriel Pozo se consagró campeón mundial y alentó la euforia del Gobierno, que proclamó a los cuatro vientos que ese título le daría a Córdoba una impensada resonancia internacional, pero sí realmente la hubo fue casi imperceptible y solo quedó circunscripta al ámbito automovilístico.
Es decir, demasiado dinero salido del erario público (el acuerdo prevé un desembolso total de 1.300.000 pesos -500.000 por la Agencia de Deportes, 300.000 por la Lotería y 500.000 por el Banco de Córdoba-) para destinar a un emprendimiento de dudoso retorno económico.
¿Yo señor?, no señor, “toda la responsabilidad la tienen los hermanos Agnello (dueños del equipo Top Run que provee los autos al Tango Rally Team), porque ni Marcos Ligato, ni David Nalbandian, ni ‘el Batata´ Beltrán, ni Gabriel Pozzo son estafadores o malas personas. Son ídolos del deporte, chicos ejemplares en la más alta dimensión del término. Nos llenan de orgullo y no tienen absolutamente nada que ver con esta canallada de los Agnello”, argumentó sin ponerse colorado el Gobernador.
¿Será así nomás? Y, cuesta creer tanta inocencia junta.
Por qué se preguntará usted, y no hay que remontarse muchas semanas atrás para recordar el caso de la solicitada que apareció en dos diarios locales titulada “Ya dijimos Nunca Más”, promovida por organizaciones de defensa de los derechos humanos y en donde se incluyeron los símbolos de propaganda del gobierno provincial, bastardeando la buena fe de mucha gente que firmó el documento, sin saber de que se trataba de un acto de oportunismo político.
¿Qué pasó entonces? Al día siguiente llegaron las disculpas del caso, que sólo pueden haber convencido a algún desprevenido ciudadano, y ahí nomás se cargó todas las tintas del “supuesto error” a la imprenta encargada de hacer el aviso.
Como siempre, la culpa la tiene el mensajero… sean los hermanos Agnello, el imprentero descuidado o la prensa “deformadora de opinión”.
“Ustedes son formadores de opinión. A veces objetivamente, y a veces son deformadores de opinión, porque responden a intereses. La gente se informa de acuerdo a lo que ustedes les transmiten, y a veces no transmiten la realidad. A veces, uno habla con ustedes y siente que pierde el tiempo”, textual del presidente de la Agencia Córdoba Deportes, Horacio Manzur durante una conferencia de prensa.
Tsunami de bridas para Manzur.
* Equipo de comunicación de la CTA Córdoba
1914 lecturas
-
no hay comentarios para esta noticia ...