DISCURSO DEL SENADOR CASERIO POR EL 2X1
GACETILLA DE PRENSA
Discurso del Senador Carlos Caserio ante la Sesión Especial de la Cámara de Senadores del dia 10 de mayo 2017, sobre el tema del fallo de la Corte sobre el 2x1.
Primeramente, quiero manifestar que comparto los criterios sostenidos en este proyecto que viene en revisión de la Cámara de Diputados, porque realmente pone el mayor esfuerzo en establecer límites estrictos en la interpretación del artículo 7° de la ley 24.390. Y nos vamos todos con la semi convicción de que esto significará que a los genocidas de la dictadura, a los que violaron los derechos humanos, a los que cometieron todas las atrocidades de los crímenes de lesa humanidad y que tuvieron la posibilidad de ser juzgados, no se les pueda aplicar este 2x1 que, lamentablemente, como todos sabemos es un fuerte retraso en la vida institucional argentina.
Quiero definir en pocas palabras lo que para mí significa el Nunca Más, porque, evidentemente, son cuestiones políticas de cada uno, de la impronta de lo que uno siente o de lo que significó su militancia política. En ese sentido, todos los senadores que estamos aquí tenemos una trayectoria.
El Nunca Más, en realidad, tiene la importancia de decirle nunca más a la barbarie del Estado. Significa que los que tienen la obligación de gobernar, de administrar justicia, de garantizar el derecho de todos los argentinos, no puedan ser más los asesinos, no puedan ser más los que por mano propia ejercen la ley para comodidad o criterio de lo que ellos piensan. La barbarie es lo peor que le puede pasar a un país. Pero de algún modo tenemos la tranquilidad de que la barbarie, en la Argentina, se da en el momento en que no hay democracia. Por eso, el derecho a seguir ejerciendo y a trabajar por la democracia tiene que ser el objetivo, el horizonte que debemos tener para que estas cosas no vuelvan a pasar.
La impunidad es siempre mala. Pero la impunidad del Estado es la peor de todas porque se ejerce desde la fuerza, porque se ejerce la violencia sin que nadie pueda hacer algo para evitarlo.
El Nunca Más es el horizonte que debemos mirar los argentinos. Es lo que va marcando nuestra identidad de país y es lo que, en los últimos tiempos, nos ha hecho sentir más orgullosos a nosotros como dirigentes, a las Madres, a las Abuelas y a todos los que de algún modo han trabajado por los derechos humanos, de poder decir que en la Argentina hemos podido juzgar a estos genocidas y les hemos dado una oportunidad –que no tuvieron los militantes–: fueron juzgados y están presos.
Además de todo esto quiero decir, porque si no me sentiría mal, que estoy profundamente dolorido, indignado, con impotencia. Y que también me siento responsable por haber votado a estos jueces de la Corte. Lo digo con honestidad: si bien a lo mejor la responsabilidad es menor, porque siempre las proposiciones en este aspecto las hace el Poder Ejecutivo, yo puse mi voto, como la mayoría de los que estamos en esta Cámara, pensando que ese arrebato de papeles, de presencia en los foros, de cursos y demás nos iba a dar la tranquilidad, en cuanto a un poder tan importante e independiente como es el Poder Judicial de la Nación –y mucho más la Corte Suprema–, de que iban a actuar con dignidad, con respeto, con sentido común.
Estoy profundamente arrepentido, y de algún modo, sin haber querido que esto llegara a lo que llega hoy, quiero manifestar este arrepentimiento por todos los que durante tantos años lucharon para que estas cosas no vuelvan a pasar más en la Argentina.
Y quiero decir que estos jueces de la Corte no son ingenuos. Sabían lo que iba a pasar, porque son gente inteligente. Sabían que el asesinato –matar– es mucho menos doloroso que degradar, torturar, violar. Es mucho menos doloroso que una persona presa sin justicia por otra persona que cree que es su dueña sea, todos los días, diezmada, golpeada, amenazada con “tenés que declararte culpable, porque de lo contrario vamos a matar a tu familia, te vamos a golpear”. La degradación, señora presidenta, es el peor de los crímenes, y estos jueces sabían que esta degradación iba a seguir caminando por la calle, que los familiares de los desaparecidos, dado esa grieta profunda, nunca los iban a recuperar, porque una cosa es dar discursos y otra es sentir en carne propia como muchos de ellos lo están sintiendo la injusticia de que muchos de sus familiares o amigos hayan sufrido todo esto; evidentemente estos jueces sabían que esto iba a pasar.
Por eso, lamentablemente, deploro esa actitud. Estoy absolutamente en contra. También la vida me enseña a que todos los títulos que se puedan tener no dan el sentido común, eso que hace falta para tener dignidad, para ser una persona pública y para llevar adelante las medidas necesarias para que el pueblo argentino no retroceda.
Por último, señora presidenta, quiero decir que estoy satisfecho con la respuesta del Congreso de la Nación, que ha demostrado que más allá de las diferencias que podemos tener cada uno de nosotros como dirigentes y desde la política, podemos estar todos juntos trabajando y apoyando esta iniciativa para que los genocidas no puedan salir caminando por las calles.
Eso es lo que hoy tenemos para celebrar.
Carlos A. Caserio
Senador Nacional
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